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  • Foto del escritorAna Mas villaseñor

Cómo hacer de la rutina un lugar al que desear volver


Como cada septiembre, la conversación sobre la depresión post vacacional se despliega ante nosotros como un goteo incesante. Mires donde mires todo el mundo comparte su experiencia y nos habla de lo mucho (o de lo poco) que le cuesta volver a la rutina… pero ¿verdaderamente existe la depresión post vacacional?


Para ahorrarnos a todos una rollo aburridísimo sobre criterios diagnósticos, prefiero intentar responder a la pregunta con una contra pregunta: ¿qué es lo que tiene las vacaciones que nos gustan tanto?

Antes de seguir leyendo quiero que pares y reflexiones sobre ello, date unos minutos, escríbelo si quieres.


Es posible que la lista que tienes delante de ti se encuentre repleta de cosas que NO ocurren en vacaciones: no hay horarios, no hay atasco, no hay trabajo, no hay estrés.También puede ser que en tu lista aparezcan cosas relacionadas con escapar del tipo: me voy a mi pueblo, viajo por el mundo, etc. Y aunque todo lo dicho puede ser muy real, lo que me parece VERDADERAMENTE interesante de esa lista son todas esas cosas que son buenas para ti, que haces en vacaciones y que no son exclusivas del periodo vacacional.

A veces los seres humanos nos relacionamos con la realidad de una manera muy rígida, esto nos lleva a vivir todas las cosas de una forma similar año tras año sin cuestionarnos nada y llegando a conclusiones simples y poco realistas; te pongo un ejemplo: en vacaciones estoy mejor porque estoy de vacaciones. Puede parecer una tontería pero este tipo de frases de lo que me hablan es de que en realidad a veces no se que significa “estar mejor” y tampoco termino de comprender cuales son todas esas cosas concretas que verdaderamente tienen un impacto positivo sobre mi.


Volviendo a la lista, me gustaría saber si en ella has escrito cosas del tipo: duermo lo suficiente, leo, como con calma, estoy en la naturaleza, paseo, nado, paso tiempo con los míos…

Y es que, indudablemente las vacaciones son necesarias, salir de nuestra ciudad si podemos, cambiar de horarios, de temas de conversación, experimentar cosas nuevas, etc. Pero muchas veces lo que añoramos durante el año es hacer cosas sencillas para las que sentimos que no tenemos tiempo habitualmente.

Habitualmente lo que nos agota de nuestras rutinas, lo que nos lleva al burn out al final de curso y nos produce depresión post vacacional, es que son rutinas que no tienen en cuenta las necesidades del ser humano. Que no incluyen los deseos de conexión interpersonal ni de conexión con la naturaleza, que no respetan las necesidades de ocio y de descanso.


Llegados a este punto, es posible que muchos de vosotros penséis ¿pero cómo podemos hacer estas cosas, Ana? ¡No hay tiempo!. Bueno está claro que tenemos que ser realistas en este punto, durante el curso es evidente que no disponemos del mismo tiempo del que disponemos en vacaciones. Esto no quita que podamos implementar al menos algunas de las cosas de las que nos vienen bien en el tiempo que tenemos.


La cuestión aquí es ser conscientes de que el problema de nuestra era no sólo tiene que ver con el reloj, también es un problema de brújula: con frecuencia no tenemos claras nuestras prioridades y esto nos lleva a poner energía en cosas que no son tan importantes para nosotros. Te pongo un ejemplo: las pantallas y el descanso. A veces, cuando llegamos a casa agotados del trabajo creemos que lo mejor que podemos hacer es encender la tele o mirar un buen rato el móvil (o las dos cosas a la vez) para descansar. No nos damos cuenta de que ese tiempo podríamos dedicarlo a preparar la cena y cenar en familia, aprovechar el momento para contarnos el día y conectar, leer un rato después e irnos a la cama pronto para cumplir con nuestro tiempo de descanso.



Los seres humanos somos seres cíclicos, en ese repetirse de los días y las noches, las semanas, las estaciones, podemos encontrar verdadera paz y satisfacción. Lo rutinario, cuando está construido con consciencia no tiene porqué ser tedioso ni estresante: puede ser una forma de auto cuidado.


Este curso que empieza te propongo meter cabeza, pregúntate qué es lo que necesitas para disfrutar de tu rutina y se consecuente con las respuestas.


¡Te mando un abrazo muy fuerte y te deseo una felicísima vuelta a TU rutina!


Ana


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